Edge Computing es la infraestructura tecnológica que abarca desde los servidores y datos que están en el Cloud, hasta los aparatos físicos domésticos conectados a la red, y que se han llamado como el internet de las cosas (IoT).
El IoT o “internet de las cosas" es la red de dispositivos con conexión 5G a internet y que comparten todos los datos a través de sensores, servidores, softwares, etc. Esta red de dispositivos puede ir desde móviles, objetos domésticos, coches, semáforos, edificios, etc. Prácticamente todo aquello que conocemos podrá procesar, almacenar y transmitir. Además de hacer posible recibir y compartir datos a corta y larga distancia en cuestión de milisegundos. Nace un nuevo concepto: el FOG Computing para indicar que se guarda y se procesa en el mismo lugar donde se recoge. El FOG Computing es el resultado de aplicar el 5G y el IoT al Cloud Computing.
Tres factores imprescindibles para que funcione con éxito:
El ancho de banda la cantidad de datos que puede procesar y compartir en cuestión de segundos, hará posible que la información se recoja directamente desde donde se produce.
La latencia es un factor necesario ya que determina el tiempo que tarda en transferirse los datos, independientemente de la distancia.
La congestión, otro agente vital que desaparecerá. El sistema estará capacitado para gestionar un gran volumen de información sin causar retención y sin abrumar la red.
Toda nueva tecnología tiene sus desafíos, en el caso del edge computing también. Por un lado, el sistema demanda un nivel mínimo de (1) Conectividad. Un servidor que funciona por una red sumamente avanzada como el 5G, no puede tener cortes de conexión. Si los tuviera, tiene que ser suficientemente inteligente como para que se corrija en el momento. (2) La seguridad, la gestión de datos debe incluir políticas de privacidad. De modo que el usuario esté protegido y las entidades cuiden la información confidencial sin perder la confianza en el sistema informático. (3) La estandarización de los objetos inteligentes, todos ellos deberían utilizar la misma codificación. Así pues el edge computing interpretará los datos de estos objetos de la misma manera. Pero… ¿Y si cada fabricante desarrolla su propio estándar de codificación? Ahí es donde llegará la “nueva competencia”. (4) El exceso de datos, es fundamental comprender qué datos finalmente son necesarios almacenar en el Cloud y cuáles son innecesarios. No solo por una cuestión de espacio, sino para saber qué datos son importantes y son necesarios en el análisis como lo que no. De aquí la importancia del Big Data, como el otro elemento básico del Edge Computing.
Ejemplos del edge computing:
Los objetos inteligentes, funcionarán a partir de la red con tan solo un click, a través de un dispositivo móvil. Por ejemplo, poner lavadoras y secadoras a distancia; la nevera supervisará los alimentos que necesitas comprar, los que están caducados, etc; La televisión te recordará que en ese mismo día están retransmitiendo tu programa favorito, una película que querías ver o un capítulo nuevo de la serie que estás viendo.
En el sector de la agricultura alcanzaremos una mayor eficiencia a la hora de realizar un seguimiento de las condiciones climáticas y ambientales. A partir de sensores, cualquier fallo que pueda interferir en el proceso, será detectado al momento.
Smart City será un gran avance para la sociedad. La iluminación de la ciudad se controlará a partir de sensores (según las zonas que necesiten más o menos) y funcionará con la mínima energía. Aparecerán los contenedores inteligentes, que a partir de sensores indicarán cuándo debe ser recogido, a parte de reducir tanto olores como contaminación de los automóviles. El Edge computing hará posible visionar donde hay aparcamiento libre, las condiciones de tu propio coche y los de tu alrededor.
Es evidente que el Edge Computing va suponer un antes y un después en nuestra sociedad, en nuestro día a día, en la organización y funcionamiento de las ciudades, en el transporte, en las compras, en la sanidad, en los trabajos, en la forma de gestionar las empresas,.. ¿Estamos preparados para el cambio?
Autor: Fernando Ferrer-Bonsoms